24 abril, 2005

El yoga de las células

Una vez Madre sola, va a tener que asumir todas las cargas. Hasta ese momento Sri Aurobindo se encargaba del trabajo del yoga de transformación, cuyos avances pasaban automáticamente a ella; pero a partir de entonces, tendrá que hacerse cargo también de esta tarea. Da comienzo, pues, una nueva etapa: la del yoga de las células. Todas las resistencias de la tierra a la nueva luz las va a vivir en su propio cuerpo, identificado con la consciencia terrestre, y va a aventurarse, prosiguiendo la tarea de Sri Aurobindo, en un proceso desconocido por cualquier otro yoga.

El 26 de febrero de 1956, tiene Madre la primera experiencia del descenso de la fuerza supramental a la consciencia terrestre durante una meditación colectiva en el Ashram:

"Esta tarde, la Presencia Divina estaba allí, presente entre vosotros, concreta y material. Yo tenía una forma de oro vivo, tan grande como el universo, y me encontraba ante una inmensa puerta de oro macizo, la puerta que separaba el mundo del Divino.
Mientras contemplaba la puerta, supe, en un único movimiento de consciencia, que había llegado el momento, y lo quise; y levantando un enorme martillo de oro, que sostenía con las dos manos, golpeé una sola vez la puerta, y la puerta se hizo pedazos.
Entonces, la luz, la fuerza y la consciencia supramentales se expandieron en oleadas ininterrumpidas sobre la tierra".

De 1960 a 1973 toda su investigación y todos sus hallazgos los va a ir dando a conocer en una serie de conversaciones con su discípulo Satprem, que, grabadas y transcritas más tarde, constituyen los 13 volúmenes de su "Agenda". En ellos se va perfilando, paso a paso, la extraordinaria irrupción de una nueva fuerza sobre la tierra, con todas las interminables resistencias materiales, origen de la violencia y el caos de nuestra época.

En 1968 funda, a pocos kilómetros de Pondicherry, Auroville -la ciudad de la aurora- como enclave capaz de favorecer el florecimiento de una vida anclada en el gozo del descubrimiento interior y de su manifestación.

A comienzos de 1969, se produce lo que Madre llama el advenimiento de la Nueva Consciencia: la vibración supramental se aposenta definitivamente en la consciencia física como una fuerza masiva y densa, capaz de hacer girar instantáneamente el rumbo de los acontecimientos a quien esté abierto a ella.

La carga de ignorancia y las sugestiones derrotistas que la rodean en el momento en que está centrando su trabajo en el punto de máxima resistencia en el inconsciente -la muerte-, acaban por hacer insostenible la vida de Madre en este plano físico y provocan, tras una lucha titánica con esas malas voluntades, su muerte el 17 de noviembre de 1973, a los 95 años de edad.

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